Por un lado, el Gobierno central de izquierda de España ha aprobado una nueva ley del aborto que, una vez votada por el Senado en febrero, debería permitir a las jóvenes de 16 años interrumpir sus embarazos sin informar a sus padres y supervisar el derecho a la objeción de conciencia de médicos antiaborto para que no se obstaculice el derecho al aborto. Por otro, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, del partido de extrema derecha Vox, tiró una piedra al charco, a mediados de enero, anunciando una nueva. “protocolo antiaborto”.
Fuertemente inspirado en las medidas puestas en marcha por el gobierno húngaro de Viktor Orban, consistía en exigir a las mujeres que deseaban abortar que primero escucharan los latidos del corazón de su feto y se sometieran a una ecografía 4D. “Para nosotros, el derecho a la vida es una prioridad”un resumen de Juan García-Gallardo el 12 de enero.
Una polémica que cae mal
El clamor suscitado por este anuncio obligó a reaccionar al presidente de la región, el conservador Alfonso Fernández Mañueco (Partido Popular, derecha – PP). Visiblemente incómodo, contradijo a su compañero de coalición al asegurar que los médicos podrían ofrecer esa posibilidad. “voluntariamente” a las mujeres que lo deseen. Mañueco incluso negó la existencia de algún protocolo cuando el gobierno central, preocupado por una medida que iría en contra de la legislación nacional, dijo que estaba dispuesto a intervenir para suspender las competencias de la región en materia de salud.
En cuanto a los dirigentes nacionales del Partido Popular, durante diez días intentaron apaciguar una polémica que les venía mal. Con elecciones generales que se realizarán a más tardar en diciembre y elecciones municipales y regionales el 28 de mayo, el presidente del partido, Alberto Núñez-Feijoo, busca completar un giro hacia el centro.
Dentro de poco se cumplirá un año desde que se formó en España el primer Gobierno de coalición entre el conservador Partido Popular (PP) de derechas y el ultraderechista Vox, el 10 de marzo de 2022 en Castilla y León. Desde entonces, las polémicas desatadas por los representantes de Vox en esta región del centro del reino han seguido alimentando su guerra cultural.
“Frente a la “pequeña derecha suelta”, como llama al PP, Vox se hace pasar por una derecha desinhibida”, Xavier Casals, politólogo
Discurso antiaborto, ataques selectivos a sindicatos, mensajes antifeministas e iniciativas provocadoras de todo tipo, las declaraciones de los líderes de Vox en Castilla y León delatan más las obsesiones de la extrema derecha española que una voluntad real de gestión política. . Además, Vox se ha cuidado de no encomendar al Sr. García-Gallardo ninguna cartera ministerial, difundirá sus mensajes sin asumir la responsabilidad de su concreción. En cuanto al PP, lejos de Vox moderadocomo predijo el año pasado, regularmente se ve arrastrado a debates que no quería y salpicado por los comentarios a menudo escandalosos de su socio de coalición.
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