El lago Titicaca, una “panacea de estanque sudamericana”

Los descubrimientos realizados por un equipo internacional de arqueólogos buceadores en los últimos años han permitido reenfocar el lago Titicaca, entre Bolivia y Perú, como un importante lugar socioeconómico para las poblaciones prehispánicas, en particular para la civilización Tiwanaku, cuyo apogeo se ubica entre 800 y 1150 d.C. “Estas culturas no eran sólo culturas de la tierra, volcadas hacia el agropastoralismo, como se les suele llamar [notamment avec l’importance de la domestication des camélidés], también fueron culturas lacustres, con prácticas de navegación; un aspecto que no había en ningún testimonio hasta entonces”, indica el investigador belga Christophe Delaere, codirector de la misión de arqueología proyecto Titicaca.

“El lago era un lugar ultradinámico. Nos damos cuenta de que era un pequeño estanque panacea sudamericano»explica el arqueólogo. Al excavar la zona litoral, los investigadores encontraron un polo industrial que no existe en ningún otro lugar en los sitios terrestres circundantes. “Desenterramos talleres de corte de piedra, con cazadores de cuchillas [sorte de burin], retractor; talleres de lana; curtiembres, con sus raspadores de cuero que, como en la Europa medieval, estaban a orillas de ríos y lagos; o talleres textiles. Hay todo un polo de actividad que hasta ahora estaba sin documentar”, Detalles Christophe Delaere. Asimismo, los habitantes del lago explotaban la totora, carrizo presente en el lago, para los techos de las casas, iban a cazar el pato, se dedicaban a la pesca, navegaban…

“Gran red de intercambios”

Estas culturas estuvieron en constante contacto con otras desde la antigüedad de Tiwanaku. “Hemos descubierto, particularmente en el lago menor [plus à l’est], evidencia de contacto con la selva amazónica, dice Marcial Medina Huanca, el codirector boliviano de las excavaciones. En la cerámica, por ejemplo, encontramos motivos zoomorfos: monos, serpientes, cabezas de felinos. Esto nos enseña que estas sociedades no estaban aisladas; los artefactos desenterrados dan testimonio de la formidable red de intercambios que existía en ese momento. »

Los comerciantes luego viajaron largas distancias. “Por ejemplo, descubrimos la presencia de piedras de jade finamente trabajadas de la región de Ayacucho [Andes centrales péruviennes] que está a cientos de kilómetros del Titicaca, lapislázuli de Chile, o incluso conchas marinas del género espondilode ecuador, indica Marcial Medina Huanca. Todo esto constituyó un material de intercambio para estas civilizaciones. »

Te queda el 16,06% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.

By Orencio Batista

Te puede interesar