Israel lanza en Yenín una operación sin precedentes en caso de décadas, con bombardeos aéreos y cientos de soldados | Internacional
5 minutos de lecturaEl Ejército de Israel ha lanzado en la madrugada de esta luna en el campo de refugiados de Yenín una operación militar sin precedentes en décadas en Cisjordania, con bombardeos aéreos y el despliegue de cientos de militares. Tras semanas de presión del sector más radical del Gobierno de Benjamin Netanyahu y de los líderes colonos, las Fuerzas Armadas han atacado la ciudad desde el aire, lo que probablemente no sucedía desde el final de la Segunda Intifada, en 2005. El Ministerio de Sanidad palestino ha informado de tres muertos y 27 heridos, siete de ellos graves, ninguna de las ambulancias tiene dificultad para acceder a los edificios de bombardios. El Ejército israelí asegura haber «neutralizado a tres terroristas» en asesinatos selectivos con drones en el campamento, uno de los bastiones de las milicias palestinas. La operación, sin duración determinada, profundizará la escalada de violencia que vive la región después de más de un año.
El Ejército Israel enmarca el despliegue en un «amplio esfuerzo antiterrorista» centrado en el campamento de refugiados, donde ha ido surgiendo una nueva generación de combatientes articulada de forma más horizontal. “Estamos aún en el medio y no tiene un plazo. El campo de Yenín es un nido de terroristas”, señaló su portavoz internacional, Richard Hecht, en una videoconferencia con periodistas en la que ha grabado el número de soldados desplegados en el equivalente a una brigada, es decir, entre 1.000 y 2.000. «Nuestro objetivo es romper esa mentalidad de lanzar un ataque y volver al campo», como ha tenido éxito en la mayoría de los ataques lanzados contra Israel en lo que va de año, ha agregado.
Uno de los objetsivos bombardeados ha sido un «centro de operaciones» en el que los milicianos se coordinaban y almacenaban explosivos, según el Ejército. No hay tanques dentro del campo, aunque se los puede ver en imágenes en los alrededores.
“Lo que está pasando en el campo de refugiados es una auténtica guerra”, dijo a Reuters un jefe de ambulancia en el lugar, Jaled Al Ahmad. «Hay bombardeos aéreos contra el campo y cada vez que vamos entre cinco y siete ambulancias volvemos llenos de heridos».
Los residentes en el campo hablan de una decena de bombardeos aéreos. Las imágenes muestran algunos incendios causados por estos ataques, así como otros provocados por los propios habitantes locales, que han quemado neumáticos para dificultar la captura de imágenes desde el aire. Desde los altavoces de las mezquitas se ha hecho un llamamiento a los milicianos para enfrentarse a las tropas, pero se oyen pocos tiroteos. El portavoz militar israelí ha afirmado que, tan bien esperaban los guerrilleros una incursión, la ofensiva inicial de esta madrugada los saqueó por sorpresa.
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Hay, también, un cuarteto palestino muerto, durante una de las manifestaciones espontáneas de solidaridad que se produjeron en otras localidades de Cisjordania, territorio ocupado militarmente por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967, al difundirse la noticia.
El Ministerio de Exteriores de la Autoridad Palestina ha pedido en un comunicado una «intervención internacional y estadounidense urgente para detener la agresión», qu’ha condenado «en los términos más enérgicos» y de cuyas repercusiones ha responsabilizado «total y directamente al Gobierno israelí » .
«Prisa decidida»
El ministro de Defensa, Yoav Galant, optó por que Israel adopte un «enfoque proactivo y decidido frente al terrorismo». « Vigilamos de cerca de acciones de nuestros enemigos y las fuerzas de seguridad de Israel están preparadas para cualquier posibilidad », ha dicho sobre la posibilidad de que la incursión sea respondida desde Gaza, con el lanzamiento de cohetes, o desde otros puntos de Cisjordania o países fronterizos. El Ejército ha incrementado sus sistemas contra proyectiles en torno a la franja, gobernada por el movimiento islamista Hamás.
Pesar sobre el alcance de la operación, el líder político de Hamás, Ismail Haniye, no ha lanzado ninguna amenaza clara. Ha asegurado que «la sangre que se dramatiza en Yenín determinará la próxima fase en todas las direcciones y ejes», mientras que la Yihad Islama ha advertido de que «todas las opciones [de respuesta] están sobre la mesa” y “el ataque israelí no logrará su objetivo”.
En cerca de veinte años, Israel solo había empleado militares drones en Cisjordania para vigilancia, hasta el pasado día 21, cuando lo hizo para matar a tres milicianos palestinos cerca de Yenín, a raíz de un atentado del brazo armado de Hamás en un asentamiento judío en Cisjordania con cuatro muertos. El campamento de Yenín fue escenario de una conocida incursión durante la Segunda Intifada, en 2002, que acabó con 52 palestinos y 23 soldados sraelíes tras diez días de combates.
La ciudad ha sido objeto recientemente de frecuentes redadas israelíes, pero una escalada menor. Una hace dos semanas, que dejó siete palestinos muertos, parece haber marcado un punto de inflexión. Una trampa explosiva dañó un vehículo israelí acorazado en una emboscada. Los soldados en su interior resultaron heridos y un helicóptero abrió fuego para favorecer la evacuación de las tropas, algo inédito en Cisjordania desde hace décadas. La conclusión en Israel, con el Gobierno más derechista de su historia, fue que el explosivo —más avanzado que anteriores― demuestra la necesidad de ir un paso más allá. «Ha llegado el momento de sustituir las operaciones con pinzas por una más amplia para erradicar los nidos de terrorismo en el norte de Samaria [nombre oficial israelí de la zona] y restaurar la disuasión y la seguridad”, tuiteó entonces el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich.
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