Tras el tres de la tarde de Brasil (las 19.00 en la península española), miles de manifestantes se concentrarán en la Explanada de los Ministerios, en el centro de Brasilia, y asaltaron los edificios del Congreso, el Poder Ejecutivo y la Corte Suprema. Las sedes están separadas por apenas diez décadas de metros, junto a la Plaza de los tres poderes. Hace una semana, en ese mismo sitio, unas 300.000 personas participaron de la jura como presidente de Luiz Inácio Lula da Silva. Las personas que este domingo invaden el recinto respondieron, en cambio, al expresidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, derrotado por Lula en las urnas.
¿Quiénes han llevado un cabo el asalto?
Los bolsonaristas llevan dos meses acampando frente a la sede de las Fuerzas Armadas en Brasilia para exigir un golpe de Estado contra Lula. Se consideran víctimas, sin prueba alguna, de un fraude electoral descomunal. La tesis de los atacantes es la misma que sostiene Bolsonaro, quien no ha reconocido la derrota y defendió siempre las manifestaciones de sus seguidores. Este domingo, los acampados decidieron pasar a la acción.
¿Qué consecuencias ha tenido?
La policía, que no esperaba el ataque, se vio abrumada rápidamente. Los manifestantes ingresaron sin problema a la sede del Congreso, el Palacio Planalto ―sede del Poder Ejecutivo― y el edificio que aloja a la Corte Suprema. Lula no se encontró en ese momento en Brasilia y el Parlamento se encontró en receso de verano (reinicia sus actividades en febrero). Las autoridades han confirmado a primera hora de la noche que se han reportado al menos 46 heridos por el ataque. Las imágenes de televisión han mostrado además materiales dañados en las instalaciones de las sedes institucionales.
¿Cómo ha respondido Lula?
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Lula da Silva anunció en rueda de prensa la intervención federal de Brasilia, en manos de un gobernador afín a Bolsonaro. El decreto supone que el Gobierno central toma el control de la seguridad. Lula tiene tildado de “fascistas” a los atacantes y acusado a Bolsonaro de llamar a la violencia contra la democracia brasileña. Ha prometido, además, que avanzará sobrio los “financiadores” de la revuelta.
¿Cuál ha sido la reacción internacional?
Se suman los repudios internacionales al ataque bolsonarista. Los presidentes de América Latina, la OEA, Estados Unidos, España y Francia han enviado su apoyo a Lula y han llamado a defender la democracia en la mayor economía de la región. Los golpistas están solos, sin apoyo externo y mucho menos internos: las Fuerzas Armadas se mantuviere en silencio y reconocidos políticos bolsonaristas manifestaron en contra de lo que llamaron un ataque “terrorista”. Bolsonaro permanece en silencio desde Estados Unidos, agregando viajó el 30 de diciembre para ningún participante de la entrega del mando lo ha logrado.
¿Cómo ha acabado el asalto?
Tras cinco horas de operaciones, la policía recuperó el control del Congreso, el Palacio de Planalto y la sede de la Corte Suprema. Al menos 300 personas han sido detenidas. Enfrentan ahora penas de hasta 12 años de cárcel por intento de golpe de Estado. Los detrozos dentro de los edificios son importantes, según los reportes de los telediarios brasileños. Vidrios rotos, oficinas destrozadas, papeles por todos lados: la imagen de una invasión.
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