El Corán ardió frente a la embajada turca en Estocolmo, la bandera sueca ardió frente al consulado del reino en Estambul, varias visitas oficiales canceladas… Mientras las autoridades suecas intentan, desde hace más de ocho meses, convencer a los turcos El presidente Recep Tayyip Erdogan ha ratificado la solicitud de ingreso de Suecia en la OTAN, el tiempo de la diplomacia parece haber pasado.
En Suecia aumentan los llamados a defender la libertad de expresión, ante la canción de Ankara, cuáles son las consecuencias para la candidatura del país a la OTAN. Un cambio de actitud que se explica por la convicción, ya en gran medida adquirida, de que solo Estados Unidos puede convencer a Erdogan de que renuncie a su veto y que Suecia tiene todo que perder si sigue haciendo concesiones a Ankara.
El sábado 21 de enero, las tensiones alcanzaron un nuevo clímax, con el anuncio, al inicio de la jornada, de la cancelación de la visita del ministro de Defensa sueco, Pal Jonson, a Turquía el próximo 27 de enero. En cuestión: el permiso para manifestarse, concedido por la policía sueca, frente a la embajada turca en Estocolmo, al extremista danés-sueco Rasmus Paludan cuya especialidad es quemar el Corán insultando a los musulmanes.
Bandera sueca quemada en Estambul
En la primavera de 2022, su llegada, orquestada por la extrema derecha, a los suburbios suecos donde residen muchos inmigrantes provocó disturbios. Durante la campaña previa a las elecciones generales del 11 de septiembre de 2022, el partido Demócratas de Suecia (SD) utilizó imágenes de vehículos policiales en llamas para señalar la falta de integración de los musulmanes.
Según el diario de izquierda Etcla quema del Corán, sábado 21 de enero, fue organizada con la ayuda del editor del sitio Nyheter Idag, Chang Frick, cerca de SD. Bajo una fuerte vigilancia policial, la actuación del extremista duró solo unos minutos y se desarrolló en paz, mientras un pequeño grupo de activistas de la Unión de Demócratas Europeos Turcos mostraba su apoyo a Erdogan, no lejos de la embajada.
Unas horas más tarde, alrededor de 500 activistas pro-kurdos y opositores a la membresía de Suecia en la OTAN marcharon por las calles de Estocolmo, pisoteando un retrato gigante del presidente turco. Imágenes que enfurecieron a Turquía y varios países árabes.
En Estambul, los manifestantes quemaron la bandera sueca frente al consulado del país. “A pesar de todas las advertencias, Suecia continúa permitiendo actos terroristas de provocación contra Turquía”denunció Mustafa Sentop, el presidente del Parlamento turco, acusando a la administración sueca de rendirse “cómplice de crimen de odio” autorizando la quema del Corán.
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