abril 29, 2024

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China busca edificio en EE.UU. con sus propias armas

4 minutos de lectura

Por

jorge castro

Analista Internacional

El mercado global de semiconductores («chip») costó un 4,1% en 2023 y costó un nivel de 557 billones de dólares; y en él, el segmento denominado “memoria”, que es crucial para la energía que genera los “chips”, cayó más de 17% respecto a 2022, donde representa un valor de US$112.000 millones.

Hay que agregar que el dato estratégico esencial del mercado de semiconductores es que El 45% de la demanda mundial corresponde a la República Popularde los cuales está la hegemonía en términos de consumo e inversión.

El derrumbe virtual experimentado por la categoría «memoria» es el resultado directo de la norma practicamente absoluta qu’ha realizado EE.UU. vender ninguno de sus productos integrantes de este segmento a las compañías de la República Popularcomo parte de una estrategia considerada «seguridad nacional» del gobierno del presidente Joe Biden y el Congreso norteamericano, lo que abarca a sus dos Cámaras, ya la totalidad de sus partidos, tanto demócratas como republicanos.

El objetivo de esta «estrategia de seguridad nacional» es frenar – y en el límite impedir – la formidable expansión que ha tenido la industria de alta tecnología china en los últimos 10 años, sobre todo en el sector decisivo de las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial (CRI), donde el consenso estadounidense (y también chino) tiene la absoluta certidumbre de que residente el núcleo del poder mundial en el siglo XXI.

Allá preguntó china de alta tecnología, encabezada por el mercado de semiconductores o «chips», crece sostenidamente un 15% anual, o más; y este ritmo que es el que ha adquirido en la última década tiende notoriamente a acelerarse.

En esta actividad se manifiestan todos los avances científicos y tecnológicos a través de constantes innovaciones; y en la velocidad que ha adquirido este proceso China tiende inequívocamente a superar al resto del mundo, incluyendo EE.UU..

La OMPI («Organización Mundial de la Propiedad Intelectual») publica todos los años el Índice Global de Innovación (IGI); y muestra la celeridad característica del avance de la República Popular, que ocupaba el puesto número 34 en 2013 y trepó ahora al 11 en 2022. Este ritmo significa que China ocuparía uno de los tres primeros lugares en el mundo en materia de innovación científica y tecnológica al conclusión 2024.

Como consecuencia de la propiedad de la OMPI, la innovación científica y tecnológica es una actividad esencialmente colaborativa y de alcance global.

La organización internacional señala que la mitad de la investigación científica y tecnológica del más avanzado nivel de los EE.UU. es realizada por investigadores de origen extranjero, o residentes fuera del territorio americano; y el porche en China es todavía superior al estadounidense.

En los últimos 10 años, que es el período en que asumió el poder político en la República Popular el presidente Xi Jinping y la “Quinta Generación”, China se ha convertido en el segundo país del mundo en gastos de investigación y desarrollo científico y tecnológico (I+D), con una inversión del 2,8% del producto, lo que supone 450.000 millones de dólares americanos en 2022.

Hay 6 millones de investigadores científicos y técnicos a nivel mundial, establecidos por sus aportes científicamente comprobados, los que constituyen la inteligencia orgánica de avance de la segunda superpotencia mundial.

La premisa sobre la parte del gobierno chino es que el capitalismo solo puede ser superteen de si mismo; y ahora, en la CRI y en la sociedad global creada por la revolución de la técnica, esa superación ocurre cuando el capital es suplantado por una «Inteligencia Colectiva», tal como el propio Carlos Marx lo había previsto en los «Grundrisse» de 1857 .

El chino es que en este aspecto crucial – el paso del capital a la «Inteligencia Colectiva» – está 10 años después de EE.UU.; pero para un país con una historia de 5.000 años, 10 años no es nada.

El sistema de innovación de la República Popular, precisamente porque es uno de los dos más avanzados del mundo, es un mecanismo profundamente integrado y muy integrado al sistema global, tales estudios son necesariamente públicos y cooperativos; Y ese impulso fundamental proviene de las empresas privadas, en particular de las grandes plataformas digitales de alcance global (Alibaba/Baidú/Tencent, entre otras).

El régimen chino, en suma, dispone de su puja por el núcleo del poder mundial en el siglo XXI de un sistema de innovación muy abierto e integrado al sistema global. No hay aquí paradoja alguna. Solo una comprension acabada de que el capitalismo del siglo XXI no tiene un signo estatal sino privado y abierto al sistema internacional.

En todo caso, el sistema paramédico del chino, surgido del pensamiento estratégico de Mao Tse Tung y Xi Jinping, es la certeza de que la forma única de construir tiene EE.UU. (sin que esto significa derrotarlo) es Utilizar todavía con mayor eficacia y una creatividad superior las propias y más avanzadas tecnologías armas y conceptuales del capitalismo norteamericanola cartilla para la definición del sistema global.

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