Colm Kelleher: El presidente de UBS, sobre la compra de Credit Suisse: «Es un paso histórico, pero al que nunca quisimos llegar» | Economía

El banco UBS celebra este miércoles su junta general de accionista, una cita histórica que llega unas semanas después de cerrar la compra de Credit Suisse, que tuvo su junta precisamente también este martes. El presidente de UBS, Colm Kelleher, aseguró al avance de los accionistas que el acuerdo abre grandes oportunidades para la entidad. «Es un paso histórico, pero al que nunca quisimos llegar», ha dicho de un canje que se hizo realidad al final de la semana, de urgencia y sin la apobación de la junta.

La absorción del segundo banco de Suiza por el primero «marca un nuevo comienzo y grandes oportunidades para la entidad combinada, así como para este país como centro financiero», ha destacado Kelleher en Basilea (noreste de Suiza).

La venta express de Credit Suisse a UBS, que se produjo el 19 de marzo, fue el único problema que encontraron las autoridades suizas para evitar una caída descontrolada de un símbolo financiero suizo. UBS pactó la compra por 3.000 millones de euros, cantidad lejana de los 7.500 millones en los que estaba valorada la entidad solo dos días antes.

Es cierto que el banco llevaba años arrastrando problemas de negocio y reputacionales, que distintas direcciones de la compañía no consiguieron enderezar. «Queríamos poner toda nuestra energía y nuestros esfuerzos en revertir la situación y volver a encarrilar el banco», dijo este martes Axel Lehmann, presidente de Credit Suisse, ante la junta de accionistas. A lo que agregó, con algo de resignación: «Me duele que no tuviéramos tiempo para hacerlo, y que en esa fatídica semana de marzo nuestros planes se vieran desbaratados. Por eso lo lamento sinceramente».

Para anunciar la adquisición, las autoridades suizas citan un artículo de la Constitución que permite dictar ordenanzas temporales “para contrarrestar amenazas existentes o inminentes de perturbación grave del orden público o de la seguridad interior o exterior”. En este caso, incluye anular las leyes de fusión por votación de los accionistas.

Kelleher afirmó que la compra «es la primera fusión entre dos bancos globales de importancia sistémica». Por ello, ha dicho, su integración será un gran desafío y uno de los principales focos de la estratagia de la entidad. Para realizar este camino, que no será sencillo, UBS ha nombrado a Sergio Ermotti como nuevo consejero delegado desde este miércoles en sustitución de Ralph Hammers.

El presidente de UBS ha subrayado asimismo que la compra de Credit Suisse ha acelerado la expansión del banco en el sector de la gestión de fortunas y grandes patrimonios. Por otro lado, reiteró que la entidad redujo el capital invertido en su banco de inversión hasta que se encuentra por debajo del 25% de los activos de riesgo.

Más reparto de dividendos

El irlandés que pilota UBS ha anunciado que propondrá a la junta un incremento de dividendos del 10%, hata los 55 céntimos de francos suizos (cantidad similar en euros) por acción. Además, argumentó que UBS suspenderá el programa de recompra de acciones debido tras la adquisición de Credit Suisse. Pese a ello, ha dicho que se reanudará «lo antes posible».

UBS recibió 7.600 millones de francos suizos en 2022 y el 19 de marzo alcanzó el acuerdo con Credit Suisse por 3.000 millones de francos suizos (3.020 millones de euros) para un posible saldo. La operación tuvo su controversia por el orden en que se asumieron las pérdidas. Las autoridades trastocaron la orden de prelación habitual y los accionistas recuperaron parte de su inversión en detrimento de los titulares de los cocos (acrónimo de bono contingente convertible) que lo han perdido todo. Los tenedores de bonos convertibles de Credit Suisse, conocidos como AT1, poseían 17.000 millones de dólares (unos 16.000 millones de euros), que amortizaron su totalidad. A los accionistas, sin embargo, fueron a parar los 3.000 millones del canje.

Este movimiento atípico provocó en los días siguientes todavía más turbulencias en los mercados, principalmente en el Viejo Continente, lo que obligó al BCE a emitir un comunicado urgente para tratar este círculo vicioso: aseguró que, en caso de crisis, en Europa asumirán las pérdidas primero los accionistas y acreedores y, solo después, los tenedores de esos bonos. «La ABE [Autoridad Bancaria Europea]el BCE como supervisor y la JUR [Junta Única de Resolución] han sido específicos en cuanto al orden de prioridad que se aplica en Europa”, enfatizaron estas instituciones en una nota conjunta que obtuvieron calamar a los mercados.

Cuatro escenarios diferentes

La Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero de Suiza (Finma) explicó este miércoles que contempla cuatro posibles escenarios para solucionar la crisis de Credit Suisse. Además de la adquisición para esta entidad, se plantea la nacionalización temporal, la resolución y un plan de emergencia para la quiebra de la institución. “Desde el principio, Finma persiguió el objetivo de mantener abiertas tantas opciones como fuera posible”, indicó en rueda de prensa Marlene Amstad, presidenta de la junta directiva de organizaciones.

“El 19 de marzo también se establecieron listas para su firma un proyecto de decreto resolución y un decreto concursal con los respectivos planes de acción”, dijo. Además de la acción implantada definitivamente, que facilita la adquisición de Credit Suisse por parte de su rival UBS, el máximo responsable de Finma ha señalado que Suiza tiene del lado el primer país en lidiar con la aplicación práctica de la legislación para abordar crisis en demasiados bancos grandes para caer .

Además, defendió la decisión final de las autoridades para evitar el riesgo de «no detener una Crisis financiera inminente». Esto, ha enfatizado, “habría tenido efectos extremadamente dañinos para Suiza y su sistema financiero. Nuestro hubiésemos arriesgado a tirar la primera ficha del dominó”.

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