“El clima anti-gay de Uganda podría disuadir a las empresas occidentales de empujar sus peones allí”

IAl hijo del indestructible presidente de Uganda, Yoweri Museveni, nunca le falta una estruendosa proyección en Twitter. En marzo, refiriéndose al potencial deseo de abandonar ciertas empresas extranjeras, vinculado al proyecto de ley anti-LGBT presentado por el Parlamento, Muhoozi Kainerugaba exclamó: “¡Estamos listos para ayudarlos a empacar sus maletas y dejar nuestro bendito país para siempre! »

A finales de mayo, el Jefe de Estado finalmente promulgó esta ley de excepcional severidad, que prevé severas penas para las relaciones homosexuales y » promoción « homosexualidad en Uganda. un crimen de“homosexualidad agravada” ahora incluso es probable que resulte en una sentencia de muerte. ¿La reprobación mostrada por los países afectados se traducirá en medidas de represalia?

Mientras Estados Unidos concede cerca de 1.000 millones de dólares (930 millones de euros) al año a Uganda en ayuda al desarrollo, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha pedido a su administración que estudie las consecuencias de esta ley » avergonzado « seguro “todos los aspectos de la cooperación” entre los dos países. El sitio de consejos de viaje del Departamento de Estado ya se ha actualizado para recomendar que los turistas estadounidenses que deseen visitar la «perla de África» ​​lo piensen dos veces.

También es probable que el clima de negocios sufra una reacción violenta. En un momento en que se pide a las empresas occidentales que tomen una posición sobre los problemas sociales, el clima anti-homosexual de Uganda bien podría disuadirlas de empujar sus peones allí. La coalición Open for Business, que agrupa a multinacionales como Google, HSBC y Microsoft, ha advertido que tal ley «dañaría el atractivo» de este país africano de los Grandes Lagos. Y lástima del 6% de crecimiento anual que le prevé el Fondo Monetario Internacional para los próximos cinco años.

Interferencia de las iglesias evangélicas estadounidenses

Para los políticos de Uganda, el caso se escucha. Al blandir la amenaza de congelar la ayuda y la inversión, los países en cuestión están utilizando su influencia para socavar una ley apoyada por la mayoría de la población. No es de extrañar, siendo la homosexualidad, según su terminología, la infiltración de una cultura extranjera, incompatible con los valores africanos tradicionales. “El mundo occidental no llegará a gobernar Uganda”advirtió la presidenta del Parlamento, Anita Entre.

Un argumento muy conveniente, dice el periodista nigeriano Caleb Okereke en un tribuna publicado por Asuntos Extranjeros : afirmar que la homosexualidad es puramente occidental da «para los homófobos ugandeses y africanos una especie de absolución, una apariencia anticolonial que les permite decir: ‘Esto fue traído aquí desde el extranjero y debemos erradicarlo'».. El editor de la publicación en línea. África minoritaria recuerda que los movimientos anti-LGBT en Uganda, como en Kenia o Ghana -otros dos países donde actualmente se debaten proyectos de ley muy represivos- mantienen, no obstante, estrechos vínculos con las iglesias evangélicas americanas. La injerencia de este último fue denunciada en 2013 en el documental Dios ama Ugandadel director Roger Ross Williams.

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