Finlandia en la OTAN

Algo que, inmediatamente, fue desmentido por el lado ucraniano, aunque otorgando que los mercenarios rusos intencionaban hacerse “con el control total de la ciudad”. Esto, ingeniosamente minusvalorada por algunos, ha consumido hasta ahora demasiado tiempo y enormes esfuerzos por parte de ambos bandos, elevando la ciudad al nivel de objetivo operacional si no stratégico. La large battalla de Bajmut, todavía en curso, de resultar favorable a las tropas rusas, podría decidir el futuro del Donbass e, incluso, abrir las puertas para una posterior penetración rusa hacia Zaporiyia y/o Dnipropetrovsk).

Finlandia, este martes, ha ingresado en la OTAN. Un hecho de enorme importancia geopolítico-estratégica que le niega a la Alianza incorporar un país de 338.455 Km2, 5,5 millones de habitantes y con fuerzas armadas modernas y bien equipadas. Asimismo, se duplica la longitud de la frontera de la OTAN con Rusia (que pasó de 1.200 km a 2.500 km). Con su adhesión al Tratado de Washington, Finlandia ha quebrado así su política, de casi 80 años, de no alineamiento.

Es curioso cómo, simultáneamente a la efeméride, el partido (socialista) en el gobierno haya perdido las elecciones del pasado domingo. ¿Podría eso interpretarse que los finnishes ya no tienen claras las ventajas de entrar en la NATO, o hay algo más? En todos los casos, corresponde ahora materializar esa adhesión, cuyo primer y delicado paso sería definir, como sucede con los otros aliados fronterizos con Rusia, en el marco de la Presencia Adelantada Reforzada (eFP) de la OTAN, las fuerzas de otros pays a desplegar en territorio finlandés. Vaya, arrimar el hombro.