Holanda está fermentando las válvulas de los yacimientos de gas más grandes de Europa
3 minutos de lecturaDespués de sesenta años de explotación que habrán aportado unos 400.000 millones de euros, el Estado holandés decidió cerrar el 1oh Octubre, los yacimientos de gas de la región de Groningen, la más grande de Europa, en el norte de los Países Bajos. Ya anunciada varias veces, esta decisión sería definitiva esta vez, según el secretario de Estado de Minas, Hans Vijlbrief.
Su comunicación, del viernes 23 de junio, fue sin embargo recibida con escepticismo por los habitantes de una región donde el forraje dañó miles de viviendas. «El caso no ha terminado: la perforación se detiene, pero las once zonas de extracción no están todas cerradas», destaca el movimiento ciudadano Groninger Bodem, que agrupa a varios miles de agraviados. Si efectivamente se detuviera la explotación del gas en la fecha prevista, el campo no debería estar completamente cerrado hasta 2024. Y, para entonces, cinco pozos seguirán operando como mínimo.
A lo largo del tiempo se han registrado unos mil sismos en la región, que se ha vuelto cautelosa ante las promesas de las autoridades que ya en 2013 habían puesto sobre la mesa proyectos para reducir la producción. En 2019 se presentó un plan que preveía un cierre total en un plazo de tres años. Decisión abandonada a principios de 2022, cuando el Estado informó que 5 millones de hogares en el norte de Alemania dependían del suministro de Groningen. Otro condicionante: el gas importado, alto en calorías, debe ser eliminado para compatibilizarlo con las instalaciones del reino, que provendrá del gas bajo en calorías.
“Fallas de magnitud desconocida”
El Sr. Vijlbrief prometió que «la causa de las desgracias» de la provincia sería efectivamente eliminado, y que la decisión sería confirmada por ley. “Excepto en circunstancias excepcionales”, como un período de frío extremo o grandes trastornos geopolíticos, agregó. Lo que los funcionarios electos en la provincia equiparan a nuevas condiciones que consideran inaceptables. Temiendo por tanto un nuevo informe, el movimiento Groninger Bodem cree, por su parte, que “La seguridad del suministro todavía se considera más importante que la seguridad de muchos habitantes”.
Están a la espera de ver las promesas de compensación hechas tras el informe presentado en febrero por una comisión de investigación parlamentaria. Les habían prometido veintidós mil millones de euros para la rehabilitación de sus viviendas. La región exigió «al menos treinta»para asegurar también la reconversión económica y la renovación de las infraestructuras de una zona literalmente devastada.
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