mayo 14, 2024

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los secrets para listening y jugar sobre el césped, una surface que favorece a los que no especulan

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Lanzamiento de la edición 2023 de Wimbledon y antes de analizar el cuadro, hablar de los favoritos y ver quiénes tienen mayores posibilidades de alcanzar las instancias decisivasNos vemos en los cheques lo que signifiea el césped. Se sabe que es una superficie atípica, que se juega poco y que, muchas veces, ese paso tan efímero por el calendario hace que algunos tenistas lo encaren como un vuelo de golondrinas.

Lo concreto es que el cesped fue mutando. Y cambio. Dejó de ser una superficie extrema, terriblemente rápida, de pique bajo y con esa casi imposibilidad de jugar desde el fondo de la cancha. Se transforma progresivamente, con una bola un poco más lenta y con una pala más alta, en un ambiente mucho más permisivo para aquellos que por naturaleza tienen el fondo de la cancha como su base de.

El césped planta un desafío para todos. Y no solamente para los tenistas. Porque muchos meses, quienes juegan partidos sumamente desafiantes en esta superficie son todos los que se encargan de poner en condiciones las canchas -son 18 que se usan para el torneo y otras 20 de práctica-. Al tratarse de una superficie natural, una superficie viva, el cuidado debe ser máximo.

Porque cada centímetro de cada una de las canchas debe tener el mismo nivel de humedad, el mismo nivel de compactación, la misma Rigidez del piso y los exactos ocho milímetros de altura del Rye-grassese cesped tan especial que se usa en el Club de toda Inglaterra. Todo eso es producto de una obra de ingeniería de especialistas expertos en suelos. Sus jardineros que hacen un arte de su oficio.

Roger Federer, ocho veces campeón de Wimbledon, el que mejor escuchó cómo se juega sobre el césped.  Foto: Glyn Kirk / AFP.


Roger Federer, ocho veces campeón de Wimbledon, el que mejor escuchó cómo se juega sobre el césped. Foto: Glyn Kirk / AFP.

Porque Wimbledon. pero toda su historia y su solemnidad, se déstaca por sus canchas. Todas responde de la misma manera. Y esto está lejos de ser una obviedad. cuantas veces hemos escuchado a los tenistas hablar de canchas que estan mas rapidas o mas slowes en un mismo torneo. Llama la atención porque sucede en la superficie que son artificiales y que seguramente serán idénticos. Se trata de combinar la misma cantidad de materiales. Sin embargo, escuchamos constantemente que el corte central es más rápido o más lento que las 2 y 3 canchas. Eso hace que el pique de la pelota marítima sea distinto.

Pero eso fracasó en Wimbledon. En eso el tercer Grand Slam de la temporada es sencillamente una maravilla. Porque, insisto, en cada centímetro de las canchas hay una uniformidad extrema. Los invite a que busquen en Twitter a campo de Wimbledon para que observe cómo trabaja la gente que se encarga del césped. Los invite tambien a que vayan a la pagina oficial del torneo y vean todo el tratamiento que llevan. Son 13 o 14 días en los que casi no reciben agua y tienen que estar preparados para resistir.

Wimbledon, los cesped y los jugadores «agresivos»

El césped, después, cuando comienza la acción, desafía a los jugadores. Premia tiene aquellos que buscan ser agresivos. Y cuando digo agresivos, no obstante no significa ser arriesgados. El césped, en esa sutileza que tiene, favorece a aquellos que entienden la superficie. Como sucede con los ingenieros que supieron moldear el césped para que sea todo igual, lo mismo ocurre con los jugadores. Tienen que graduar perfectamente la velocidad ya la vez no arriesgar demasiado para seguir manteniendo cierta agresividad.

Por otro lado, también tienen que estar regulando su carrera. Arrancar muy rápido puede provocar una caída. Una frenada brusca puede llevar a una patinada y eso también a una posible lastimadura, torcedura o lesión. Si no, pregúntenle a Juan Martín del Potro que tuvo allá, en Queens hace algunas temporadas atrás, esa patinada llegando hacia la red y que agravó su lesión en la rodilla.

El césped te obliga y te invita a escucharlo, como parece haberlo logrado francisco cerundolo con su coronación en Eastbourne, uno de los torneos que sirve como preparación para Wimbledon. Sus secretos están a la vista. Non es una busqueda del tesoro. Pero sí hay que tener muy claro que no se puede estar pisando el césped con la cabeza puesta en otra superficie. Tiene su logica. Tiene su sistema apoyado en esa incomodidad de los movimientos.

Porque el agarre no siempre transmite seguridad y eso se traslada a los golpes. Cuando uno está inseguro a la hora de trasladarse o en los agarres a la hora de la ejecución, el golpe pierde firmza. El sentimiento de inestabilidad se traduce en una cuestión de inseguridad hacia los golpes ya partir de ahí se juega incómodo. Por eso decíamos que es un área que beneficia, favorece y en general Ayuda al preocupado, al que busca, al que no quiere especularAl que quiere atacar, al que quiere cerrar, al que busca ir a la red.

El que oye que volar cruzado y corto es una buena manera de cerrar los puntos. El que oye que jugar a veces con slice, jugar por abajo y hacer que la pelota patina Sirve más que los palazos. Convivir con esa sensación de inestabilidad es un verdadero desafío. Esta sensación de inestabilidad a la hora de pegar es un gran desafío. Por eso se juega mucho con el llamado «core» -los músculos abdominales, los lumbares, la pelvis, los glúteos y la musculatura profunda de la columna- preguntas estrategicas.

Wimbledon y el arte de la estrategia constante

Porque si vas a atacar el segundo saque, hay que conseguir mejor eficiencia con el primero Pero eso significa que al primer servicio entonces también hay que cuidarlo para darle también cierta regularidad y alta eficacia. Y, por otro lado, hay que buscar un saco que moleste. Agregarle mucho mas rebanada es una buena opcion El saque con slice, en el césped, profundiza las curvas después del pique y eso lo hace mucho más molesto de neutralizar.

Con todo ese tipo de situaciones en el servicio se empieza a desplegar una idea distinta. Jugar. Para hacer jugadas. Jugar se ha encontrado con el divertido ha salido a la superficie es donde se ha encontrado con un buen ritmo. Y hablar de ritmo tambien es interesante. Porque a muchos le da la sensación de que no hay mucho ritmo. La verdad es que también en partidos que se definen en tres o cuatro tiros hay un ritmo. Tal vez no es tan extenso y no es tan permisivo como el polvo de ladrillo, pero hay que buscar un ritmo corto, un ritmo vertiginoso, un ritmo activo. Como decía anteriormente, el césped en general es cómplice de aquel que tal vez se equivoca por buscar y no se queda en la especulación y en el esperar.

Se supone que Rafael Nadal se adaptó al césped con su propio estilo y tuvo su premio con dos títulos, en 2008 y 2010. Foto: SEBASTIEN BOZON / AFP.


Se supone que Rafael Nadal se adaptó al césped con su propio estilo y tuvo su premio con dos títulos, en 2008 y 2010. Foto: SEBASTIEN BOZON / AFP.

por resumen, el cesped es Roger Federer. Por esa clase, esa sutileza, esa agresividad vestida de una manera tan estética que parece un arte. el cesped también la intensidad de Rafael Nadal. La convicción y la decisión de escuchar un área que estamos allí es lo que sientes más a gusto. Is por eso que el césped también les da la bienvenida e invita a aquellos que por naturaleza tal vez no se sientan cómodos. El español lo trató de escuchar y encontró su recompensa.

El cesped tambien es esa plasticidad, esa esa adaptación a la situación, a los piques que van variando de acuerdo al estado del césped. Tal como lo puede manejar perfectamente Novak Djokovic -máximo candidato, más allá de las ganas de un Alcaraz que llega con el impulso de Queen’s-, que acomoda su cuerpo y sus manos para, veces sin ningún tipo de balance y contra todo pronóstico, encuentra el lugar exacto para responder. Ese es el Cada hora para saber cuándo hay que atacar y cómo se debe neutralizar el juego del rival.

El cesped es un arte. Y Wimbledon es el escenario principal de el que todos quieren jugar.

Especial para Clarín

*** Javier Frana es un extenista argentino, comentarista de televisión de hoy, que juzgó profesionalmente entre 1986 y 1997. Ganó tres títulos ATP, uno de ellos en Nottingham, en el año 1995, el último torneo sobre césped ganado por un argentino hasta Consagración de Cerúndolo en Eastbourne 2023.

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