para las empresas es incumplible con una inflación del 5%
3 minutos de lectura
Los fabricantes de consumo masivo aconsejan que pierdan rentabilidad por la suba de costes y que «pisar los precios no es la solución».
Empresas de la industria de consumo masivo analizan con preocupación la extensión del programa Precios Justos. Y sacan cuentas. No sólo por la canasta de casi 2.000 productos que estuvieron congelados hasta fin de junio (es decir por 5 meses), sino por el tope de 3.2% al alza mensual para todo el resto con una inflación proyectada muy por arriba. «Aunque la pauta no es algo lineal, la propuesta luce bastante impracticable«, razonó en voz alta una fuente del sector.
Alimenticias, fabricantes de bebidas y proveedores plantan que el coste suba complica mucho la rentabilidad en los productos, si los precios generales se mantienen por encima del 5% mensual. «Es muy difícil trabajar sin ganancia oa pérdida. En este contexto, lo único que se puede hacer es vender lo menos posible. Igual, por ahora no hay desabastecimiento y las empresas vienen cumpliendo», aseguran.
Precios Justos «es el mecanismo que eligió el Gobierno para anclar expectativas, que depende de factores macro y micro. Ahora, la inflación no es un recurso meramente técnico que se resuelve pisando los precios, sino operando sobre el gasto público y en la generación genuina de dólares. Todo eso está en la agenda y estamos trabajando para ir logrando metas de estabilidad, que hoy no existen», dijo un Clarín Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA y del Copal, quien representa a los productores de alimentos.
El equipo económico encabeza Sergio Massa aspira a contentar la inflación con la versión ampliada de Precios Justos. El programa, a cargo del secretario de Comercio, Matías Tombolini, busca establecer un «sendero de precios» a 49.832 artículos de más de 15 rubros (consumo masivo, textiles, calzado, celulares, electrónicos, laboratorios y hasta colegios privados, entre otros) de acuerdo común con 532 empresas. Todo a cambio entregar dolares «baratos» para importar.
Este miércoles, finalmente se difundió una lista de 1.974 artículos básicos (alimentos, bebidas, tocador y limpieza), que tendrán precios fijos hasta mediados de año. El 65% de este total está congelado desde noviembre. Por ese motivo y para esos casos, Tombolini autorizó cantidades «excepcionales» de entre el 4 y el 9% para compensar el atraso de precios. Este fue el compromiso firmado con 108 fabricantes y proveedores. En ese núcleo, hoy, tienen preocupaciones y temores más amplios.
«La canasta es un volumen menor, porque cada empresa aporta una cantidad chica de productos. El problema es el tope de 3.2% para todo el restaurante«, dijo una fuente del sector y detalló que no es sólo por el repunte inflacionario de las últimas semanas.»Preocupa también las tasas de interés, la devaluación del dólar oficial y las paritarias. Ni qué hablar lo que sousieron algunos insumos y materias primas”, lamentó.
Las quejas se acumulan y algunas empresas le llevaron a Tombolini algunas propuestas alternativas para mejorar la situación. Una de ellas consiste en liberar los precios (por fuera de la pauta de 3,2%) de productos que no son de primera necesidad y las marcas premium para compensar la pérdida de márgenes en el restaurante del catálogo. Dicen que el secretario de Comercio la rechazó, pero «no de manera tajante». Algunos se ilusionan con la posibilidad de volver «a un futuro».
Las empresas coinciden en que el escenario es completo, pero que por ahora está acotado. Ocurre que Precios Justos y los controles se enfoca exclusivamente en las grandes cadenas de supermercados, que representan el 31% de las ventas de artículos de primera necesidad. «Depende de cada empresa, pero se puede trabajar con rentabilidad negativa o baja en algunos productos, pero la inflación la sentís en el chino or en los almacenes», dijo. Aludió así a la brecha de precios que existen en los súper y los comercios de cercanía, un universo donde los controles no llegan.
