Por la crisis y la sequía, el FMI anuncia cambios en el acuerdo con Argentina

El Fondo Monetario Internacional anunció este lunes un acuerdo para flexibilizar el meta de acumulación de reservas establecido en el programa original con la Argentina, una medida que daría un respiro en un año electoral al Gobierno, que vio imposible cumplir el objetivo inicial por la sequía y la menor actividad. Además, pidió a las autoridades argentinas «políticas más fuertes» allá acelerar la rebaja de los subsidios energéticos, sobre todo los sectores más acomodados.

Los técnicos del Fondo dijeron también que se cumplieron los objetivos del último trimestre del año y dieron el visto bueno para el desembolso de unos 5.300 millones de dólares estadounidenses (4.000 millones de DEG, la moneda del FMI). Todas las medidas deben ser aún aprobadas por el directorio ejecutivo de las organizaciones que se reunirán en las próximas semanas.

En un difundido comunicado en Washington, el Fondo dijo: «Tan bien se espera que macroeconómicas políticas más sólidas y esfuerzos para asegurar mejorar la cobertura de reservas y revertir las recientes perdidas de divisas, solicitar una modificación del objectivo de acumulación de reservas internacionales netas para 2023″.

Resaltan que «se necesitan acciones políticas más fuertes para salvar la estabilidad, abordar el aumento de la inflación y los reveses de políticas, así como mantener el ancla del programa».

«Esto acomodará parcialmente el impacto cada vez más severo de la sequía, al mismo tiempo que tendrá en cuenta los efectos compensatorios de menores precios de importación de energía y las medidas de políticas acordadas. principios de 2023, en consonancia con el impacto adelantado de la secado».

Comunicado de prensa de Fondo no hables de numerospero desde Economía señalóon que se había establecido un nuevo piso de acumulación de reservas para marzo, junio, septiembre y diciembre, reduciendo más de 3.000 millones de dólares a acumulación en marzo y en caso de 2.000 millones de multas a partir de 2023.

Respecto al déficit fiscal, el FMI dice que «las autoridades están comprometidas en alcanzar el déficit fiscal primario de 1,9 por ciento del PBI en 2023 a través de controles continuos de gas, un mejor enfoque de los subsidios energéticos y de la asistencia social, y una mayor priorización del gasto de capital, al tiempo que protegen el gasto social y de infraestructura prioritario».

Destacó la necesidad de reducir los subsidios a la energía. «Para cumplir con las metas de reducción del déficit y fortalecer la progresividad de los subsidios energéticos, las autoridades planean continuar implementando el esquema de segmentación acordada, eliminando los subsidios para los usuarios residentes de mayores ingresos».

El Fondo evaluó los empeños del último trimestre del año y dijo que «todos se cumplieron» y que «la gestión macroeconómica prudente en la segunda mitad de 2022 respaldó la estabilidad y ayudó con cierto margen a asegurar los objetivos del programa hasta fines de 2022. Por eso dio la luz verde técnica para liberar los US$5.300 millones que corresponden a este período.

El anuncio del FMI se dio luego de semanas de negociaciones incansables en Buenos Aires y en Washington entre una misión de Economía –Gabriel Rubinstein, Leonardo Madcur, Raúl Rigo y Lisandro Cleri— con técnicos del Fondo –Luis Cubeddu, Ashvin Ahuja y otross—que discutiremos los detalles de los números.

Antes, a fines de febrero, el ministro Sergio Massa había realizado el trámite político en la cumbre del G20 en India, donde se entrevistó con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, el asesor internacional del Tesoro de EE.UU., Jay Shambaugh, y ministros de otros paga con peso en el directorio ejecutivo. Massa anunció que había acuerdo para modificar la meta de reservas, pero el trámite que dijo ser inminente se moró más de lo pensado por el recálculo fino de números y la burocracia de las organizaciones.

La nueva meta debe ser refrendada oficialmente por el directorio de las organizaciones en una sesión a mediados de marzo, pero estima que el campo político ya se ha despejado para que se otorgue el aval.

Según el programa original firmado el año pasado, el Gobierno debía tener en las arcadas del Central para multas de marzo unos US$7.800 millones, en junio 11.000 ya multas del 2023 unos 12.125, algo que ahora asoma imposible de cumplir porque el Gobierno estima que las perdido por la sequía será entre US$15.000 y US$20.000 millones, sumadas a las pérdidas diarias de dólares.

Por la sequía que golpea la cosecha, la guerra en Ucrania, los diversos cepos, la brecha del dólar, una economía que crecerá menos este año y la negativa del Gobierno a devaluar a un ritmo mayor, el Banco Central no acumuló dólares como se había calculado en el programa inicial.

Hasta ahora se viene utilizando cierta contabilidad creativa y artilugios como el «dólar soy» que el Fondo toleró con renuncias (perdones) en aras de que el programa siguiera en marcha. Pero esto ya no alcanza porque tampoco hay suficiente soy para liquidar.

Con una meta de reservas más holgada, el Gobierno no precisará «waivers» y podrá evitar fuertes sobresaltos con el tipo de cambio en un año electoral. También se allana el camino para conseguir dos desembolsos má ya están putados antes de las PASO de agosto y las presidenciales de octubre.

El Fondo nunca estuvo de acuerdo con los distintos tipos de dólar (soya, Qatar, Malbec) que implementó Massa para sumar reservas y lo dejó en claro en su comunicado: “Las medidas cambiarias temporales no deben ser un substituto de una política macroeconómica sólida”, afirmaron.